A la manera de las fábulas mitológicas, la Luna y el Mar se enamoraron apasionadamente, un amor imposible, un amor de lejos. Hércules, que había discutido con su esposa, lanzó su red tan fuerte que por accidente pescó a la Luna y la acercó al Mar. Por fin pudieron darse tiernos besos, los opérculos, que luego Hércules regaló a su esposa para conseguir su perdón. Cuando al amanecer Hércules tuvo que soltar la red, la Luna se alejó, y lloró caracolas, con las que el Mar llama a la Luna cada vez que la añora.
Cuentan que hace mucho, mucho tiempo, el Mar y la Luna se enamoraron. Todas las noches se miraban, se anhelaban. El Mar le dedicaba a su amada cada una de sus olas, y la Luna le dedicaba cada uno de sus rayos. ¡Cómo deseaban poder estar juntos, tocarse, abrazarse…! Aunque sabían que era imposible.
Texto Clara Piñero / Ilustraciones Rocío Martínez
Seleccionado por Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Ver en Canal Lector